
Bogotá llegó a acuerdos de cooperación con China que lo encaminan a unirse al megaproyecto chino de infraestructura en medio de advertencias sobre un posible deterioro de su relación con Washington. El Gobierno de Gustavo Petro califica la decisión como “estratégica” y “flexible”, aunque el sector empresarial y analistas del país cuestionan su impacto económico.