
El Gobierno español dio marcha atrás a la compra de 15 millones de balas israelíes, valuadas en 6 millones de euros, para salvaguardar la unidad de la coalición gobernante. El aumento del presupuesto en defensa anunciado por Pedro Sánchez y la afirmación del alcance del 2% del PIB exigido por la OTAN había generado malestar en los socios, pero el partido Izquierda Unida aseguró que formar parte de lo que califican como «genocidio palestino» es un línea que no están dispuestos a cruzar. Informa nuestra corresponsal Marina Colorado.