La respuesta calificada de “masiva” por Moscú y Kiev este viernes 13 de diciembre incluyó como blanco a la infraestructura energética ucraniana, de acuerdo con un comunicado del Ministerio de Defensa ruso publicado en Telegram, que dejó claro que el bombardeo se producía como reacción “al uso de armas estadounidenses de largo alcance” el pasado miércoles.