Las Fuerzas de Siria Democrática (FSD), conformada por Kurdos y apoyadas por Estados Unidos; y los rebeldes, respaldados por Turquía, anunciaron un acuerdo de cese al fuego en la ciudad de Manbi, en el norte del país, tras la mediación de Washington. Entretanto, el recién nombrado primer ministro interino para un gobierno de transición, Mohamed al-Bashir, hizo un llamado a la calma y prometió «garantizar los derechos» de todas las personas y sectas.