
El cuerpo del papa Francisco continúa en la Basílica de San Pedro, que ha recibido a miles de personas para despedir por última vez al sumo pontífice antes de su funeral el sábado. Entre los asistentes, resaltó la figura de una menuda monja que, con una mochila verde al hombro, se acercó al féretro saltándose los protocolos para rezar por el papa. Era Geneviève Jeanningros, amiga de Francisco, ‘la niña rebelde’.