En el suroeste de Francia, un grupo de agricultores bloqueó las vías en protesta por la decisión del Gobierno de sacrificar las vacas infestadas con la enfermedad de la piel grumosa, una medida destinada a proteger a la industria. La infección se está extendiendo a lo largo de la frontera española. Ante el deterioro de la situación sanitaria, la Administración impuso la vacunación obligatoria, aunque algunos sindicatos prefieren un enfoque más específico.
