La COP29 planteó un desafío central: que los países más desarrollados financien a los países pobres en la adaptación al calentamiento global. ¿Quién debe pagar la factura de esta lucha? Una pregunta que llega en un momento de incertidumbre, con el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, trayendo consigo su conocido rechazo a las políticas verdes.