De ahora en adelante, los bebés que nazcan en Estados Unidos no tendrán la nacionalidad de ese país si sus padres no son ciudadanos estadounidenses, o si no son residentes legales permanentes. Esta es otra de las decisiones tomadas por el presidente Donald Trump, y que ya genera reacciones en contra. 22 estados demócratas, junto con el distrito de Columbia y la ciudad de San Francisco, demandaron la medida.