La capital surcoreana volvió a ser escenario de manifestaciones este sábado 18 de enero, al tiempo que el destituido presidente Yoon Suk-yeol declaró en un tribunal para una audiencia en la que se opuso a un arresto formal. El mandatario apartado del cargo por el Parlamento está siendo investigado por insurrección y abuso de poder, tras su breve imposición de la ley marcial que desató un caos político el pasado diciembre.