La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, rechazó una eventual intervención militar en la región tras el despliegue de buques de guerra de EE. UU. cerca a aguas venezolanas para, según Washington, frenar el paso de drogas hacia su país. En Colombia, el mandatario Gustavo Petro aseguró que, de llevarse a cabo una “invasión”, Estados Unidos convertiría al territorio venezolano en otra Siria. Y Cuba acusó a la primera potencia de tener una «agenda corrupta».
