Tras dos semanas de exilio, los demócratas texanos regresaron a la Cámara Estatal bajo amenaza de arresto civil. Su protesta buscaba frenar un plan de redistribución que aumentaría los escaños republicanos en el Congreso con base en las tendencias de 2024. El bloque demócrata anunció que llevará el caso a los tribunales por supresión ilegal de votantes de minorías, en una acción que ya inspira a otros estados como California.
