En Estados Unidos, Los Ángeles no respira tranquila, aunque la “bandera roja” por fuertes vientos haya expirado. Los Servicios Meteorológicos rebajaron la fuerte alerta por los incendios que azotan el área, pero subrayan que la amenaza sigue latente por unas condiciones de sequía y viento que persisten. Los incendios han dañado o destruido más de 12.000 viviendas y otras estructuras, y han obligado a 200.000 personas a abandonar sus hogares.