La anunciada investidura de Nicolás Maduro puede marcar un punto de inflexión en las relaciones entre Brasil y Venezuela, que no pasan por su mejor momento. El presidente del país más grande de América Latina, Luiz Inácio Lula da Silva, no viajará a Caracas para participar en la ceremonia oficial. Mandatarios de países vecinos, como Colombia o México, tampoco asistirán.