En 2024, las rutas migratorias hacia España fueron uno de los trayectos más letales del mundo, según el informe anual de Caminando Fronteras. La organización documentó la pérdida de 10.457 vidas humanas, un aumento del 58% respecto al año anterior. Estas cifras, que reflejan un promedio diario de 30 muertes, abren el debate sobre la efectividad de las políticas migratorias europeas.