León XIV ha sido descrito como un posible conciliador en una Iglesia católica dividida, que buscará seguir partes de la agenda progresista de su predecesor, Francisco, al tiempo que tiende la mano a los conservadores descontentos. Desde su postura sobre el papel de la mujer en la Iglesia hasta sus críticas a las políticas antiinmigración de Trump, sus declaraciones previas ofrecen pistas sobre su papado.
