En medio del caos de las protestas desatadas desde que el Consejo Constitucional ratificara la victoria del Frente de Liberación de Mozambique (FRELIMO) pese a las múltiples regularidades denunciadas, más de 1.500 presos escaparon de una prisión de máxima seguridad ubicada en los suburbios de la capital. Entre los fugitivos, al menos 30 están vinculados a grupos yihadistas que han sembrado terror en el norte del país durante los últimos siete años.