Desde 2014, los regímenes instaurados por Rusia y sus colaboradores locales en las regiones ocupadas de Ucrania han estado deteniendo arbitrariamente a civiles. El Gobierno ucraniano estima que el número actual de retenidos supera los 16.000. Periodistas, activistas, políticos locales: prácticamente cualquiera que desagrade a las autoridades corre el riesgo de ser arrestado.
