La Navidad en los territorios palestinos está bajo la sombra de la guerra, la destrucción y la pérdida, tras 440 días de intenso conflicto. En Belén, en Cisjordania, las fechas pasarán sin mayores celebraciones y en medio de una crisis marcada por la caída dramática del turismo, la pérdida de empleos y el éxodo muchas familias que han emigrado. Mientras que, en la Franja de Gaza, los palestinos se enfrentan al rigor de las bajas temperaturas por el invierno, mientras escasean alimentos, agua, medicinas y lugares seguros de los bombardeos israelíes.