El nuevo Gobierno de Siria ha pedido la disolución de todos los grupos armados. Sin embargo, en la ciudad suroccidental de Suwayda, un pequeño grupo de combatientes drusos se resiste a abandonar las armas. Estos combatientes de la minoría religiosa drusa dicen que prefieren confiar en sus propios hombres y no en las promesas de las autoridades de transición sirias.