
El féretro del Papa Francisco fue trasladado en marcha fúnebre a la Basílica de San Pedro, en El Vaticano. Fuera y dentro del templo se han visto durante toda la jornada largas filas de feligreses y visitantes de todo el mundo, que acuden en masa para darle un último adiós a Francisco. Para creyentes, y no creyentes, ha sido una rápida pero impactante experiencia, que algunos tildan de «surrealista».