
En una decisión calificada como «excepcional», el Parlamento británico sesiona el sábado para debatir una medida de emergencia que autorizaría al gobierno a intervenir en British Steel, compañía siderúrgica de propiedad del grupo chino Jingye. La planta, que alberga los últimos altos hornos en Inglaterra, enfrenta un inminente cierre, amenazando más de 2.700 puestos de trabajo.