
Aunque los aranceles impuestos por Donald Trump a las exportaciones de Reino Unido a EE. UU. son en general del 10%, para los autos de lujo, uno de los motores de la economía británica, ascienden al 25%. Se trata de otro golpe para un sector que apenas ha logrado sobrevivir al Brexit. El Gobierno mantiene la estrategia de “cabeza fría y tranquila”, mientras busca negociar un acuerdo comercial, pero no descarta responder con sus propios gravámenes.