En Corea del Sur, un día después de que el Parlamento aprobara la destitución del presidente Yoon Suk Yeol, suspendido de forma inmediata, el mandatario se enfrentará a un tribunal constitucional, cuyos jueces tienen 180 días para decidir si el mandatario debe ser destituido o no. Una amplia mayoría de la población pide que sí lo sea, y la oposición que la decisión sea más rápida.