Altos cargos diplomáticos árabes, turcos, de la UE y de EE. UU. conversan en la ciudad jordana de Aqaba después de que islamistas radicales derrocaran la semana pasada al gobierno del presidente Bashar al Assad. Un enviado de la ONU instó a las potencias extranjeras a trabajar para evitar el colapso de instituciones vitales en Siria.