
Vigo se quedó fuera de las ciudades que recibirán partidos del Mundial de fútbol, y San Sebastián entró por vías que la Federación Española (RFEF) no ha conseguido explicar. El escándalo ya cobró la cabeza de la principal responsable del comité de candidatura local, María Tato, y ahora corresponde a la FIFA enderezar el entuerto. Así quedó expuesta la primera gran polémica de este evento.