
El terremoto ocurrido el viernes en el centro de Myanmar, que se sintió incluso en Bangkok, capital de Tailandia, dejó al menos 1.700 muertos, 3.400 heridos y 300 desaparecidos. Varias organizaciones humanitarias han lanzado un llamado urgente para recaudar más de 100 millones de euros destinados a asistir a las víctimas. Por su parte, los grupos opositores que luchan contra la junta militar en el poder anunciaron un alto el fuego de dos semanas.