
Se trata del primer dispositivo implantable de titanio en el mundo, que puede actuar como un reemplazo completo del corazón humano, al replicar ambos lados del órgano. En Australia, un paciente lo llevó en su pecho durante más de 100 días y se convirtió en la primera persona en obtener el alta médica con el aparato. Posteriormente, recibió un corazón humano.