
Más incertidumbre que certezas ha dejado el acuerdo pactado esta semana entre Ucrania y Rusia sobre el cese el fuego en el mar Negro y contra las infraestructuras energéticas. Con la mediación de Estados unidos, Kiev y Moscú acordaron una tregua parcial, cuyo inicio, no obstante, ha estado marcado por reproches mutuos de violaciones del alto el fuego, condicionamientos de Rusia e, incluso, dudas sobre su entrada en vigor.