Nuestra enviada especial a Siria, Ethel Bonet, visitó la cárcel de Sednaya, conocida como el «matadero humano» por los crueles actos de tortura que ocurrían en sus instalaciones y las precarias condiciones en las que vivían los detenidos. Desde la caída del régimen de Bashar al-Assad el domingo 8 de diciembre, miles de prisioneros han sido liberados por los rebeldes, pero aún se desconoce el paradero de miles de personas, que podrían encontrarse en cárceles secretas subterráneas.