Francia lleva casi una semana sin un jefe de Gobierno y Emmanuel Macron continúa con la frenética búsqueda de un nuevo primer ministro que garantice la estabilidad entre los partidos políticos. Los partidos de izquierda, que salieron ganadores en las elecciones parlamentarias, aseguran que el Gobierno de Macron no está dispuesto a hacer ninguna concesión, mientras que el mandatario se rehúsa a buscar su apoyo de la extrema derecha.