Se multiplican las reacciones por parte de los líderes del mundo a la toma del poder en Siria por parte de los rebeldes de Hayat Tahrir al-Sham. Mientras países occidentales se regocijan tras haber cortado lazos con Damasco e impuesto sanciones desde hace años, sus aliados como Rusia o quienes apoyaron directamente a los rebeldes como Turquía, han sido más prudentes en sus palabras.