
Tras una semana de ofensiva de rebeldes islamistas apoyados por Turquía en el noroeste de Siria, el presidente Bashar al-Assad envió refuerzos a la provincia de Hama, ante el avance de los insurgentes hacia esta estratégica ciudad del centro-norte del país. La agencia de noticias oficial siria SANA informó que las fuerzas gubernamentales consiguieron «ampliar la zona de seguridad» de Hama «en unos 20 kilómetros», después de que los combatientes de la alianza islamista HTS y otras facciones opositoras se plantaran a las puertas de la urbe.