El 15 de abril de 2019, el mundo contempló horrorizado cómo la catedral de Notre-Dame de París ardía en llamas. Los bomberos lucharon toda la noche para salvar el edificio de 850 años de antigüedad. A medida que las llamas se propagaban, Notre-Dame corría un riesgo real de derrumbarse, pero afortunadamente se mantuvo en pie.