Las potencias occidentales, incluidos Estados Unidos y la Unión Europea, pidieron el lunes una desescalada en Siria tras la sorpresiva ofensiva liderada por los islamistas la semana pasada, mientras que los aliados del presidente sirio Bashar al Assad, entre ellos Rusia, Irán y Hezbolá libanés, se comprometieron a apoyar al régimen.