
Dos décadas después de su asesinato, miles de personas rindieron homenaje al ex-primer ministro Rafik Hariri en Beirut, quien murió en un atentado suicida el 14 de febrero de 2005. Su hijo Saad Hariri se prepara para reincorporarse a la escena política libanesa, en medio de la elección de un nuevo presidente y el debilitamiento de la influencia iraní.