Rumania vive una jornada electoral crucial para definir el futuro de su Parlamento, marcada por el auge de la derecha radical y acusaciones de interferencia rusa. Encuestas oficiales apuntan a que tres partidos ultranacionalistas podrían superar el 30% de los votos, desafiando la estabilidad de la democracia en un país clave para la OTAN y la Unión Europea.