El presidente Ferdinand Marcos Jr. y la vicepresidenta Sara Duterte pasaron de ser aliados cercanos a convertirse en feroces enemigos, con amenazas de muerte directas. La discordia entre ambos políticos ha generado una tormenta política en Filipinas, obligando al mandatario a reforzar su seguridad y ordenar una investigación a las declaraciones de la vicepresidenta.