El juicio por violación de Gisèle Pelicot situó la cuestión de la violencia sexual en el centro del debate público en Francia. Considerado como un verdadero punto de inflexión, también ha planteado cuestiones sobre la responsabilidad masculina en la cultura de la violación. Desde el eslogan #Notallmen hasta los grupos de debate, el caso ha llevado a muchos hombres a mirarse al espejo.
