Tanto civiles como alcaldes en varias ciudades estadounidenses han manifestado su rechazo a la ola de redadas y detenciones ordenadas por el presidente Donald Trump. En Chicago, el alcalde y el superintendente de la Policía aseguraron que no seguirán las indicaciones del mandatario que llenaron de miedo a los migrantes, por lo que ya no salen a la calle y evitan mandar a sus hijos a las escuelas.