Decía Vargas Llosa que «París era un requisito indispensable si uno quería convertirse en escritor”. La capital francesa ha sido durante siglos el destino de quienes soñaban con llegar a ser maestros de la pluma. Hemingway, Cortázar, Vallejo, Joyce, Verlaine, y un sinfín de escritores dejaron su impronta en jardines, librerías y cafés parisinos, dejando un legado único de recuerdos, pero sobre todo de lugares míticos que hoy recuperamos.
