En Primera Plana pone el foco en una denunciada «industria de la mentira», la fábrica de bulos que afronta la sociedad. ¿Hasta qué punto supone un peligro para el mantenimiento de la democracia? Hoy en día construir un discurso político que no respeta verdades científicas demostrables ya no es un problema, sino que es tolerado e incluso aplaudido.