A dos semanas de regresar a la Casa Blanca, Donald Trump no solo renovó su interés en comprar la isla de Groenlandia, sino que advirtió que podría tomar drásticas acciones económicas o militares con el fin de tomar el control del territorio autónomo de Dinamarca. La isla, además de estar en una ubicación estratégica, tiene bajo su suelo hay grandes cantidades de petróleo y minerales, pero el Gobierno prohibió su explotación por temas ambientales.