
El mayor foco europeo de PFAS se encuentra en Bélgica, en la pequeña ciudad de Zwijndrecht, cerca de Amberes. Allí, durante 25 años, la fábrica estadounidense 3M fabricó sulfonato de perfluorooctano (PFOS), una de las sustancias más antiguas y altamente tóxica. En Europa, se estima que existen otros 2.300 focos de este tipo y un total de 23.000 lugares contaminados.